"Dicen que la longevidad es la recompensa de la virtud. Y quizá sea cierto. Al menos en el caso del doctor Moisès Broggi (Barcelona, 1908). Empezó como cirujano del Clínic en la República, operó en el frente durante la guerra civil, fue depurado y, sin dar tiempo a la autocompasión, se hizo cargo del Hospital Militar con una entrega que no abandonó hasta los 85 años. Hoy tiene unos 102 luminosos, como solo lo logran los que han hecho la digestión de lo vivido. Lo confirma su mirada."
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